El Papa Francisco ha intensificado sus advertencias sobre la urgencia del cambio climático y esta semana anunció su participación en la COP28. El líder máximo de la Iglesia católica tiene programado viajar a Dubái del 1 al 3 de diciembre, según informó la radiotelevisión pública italiana Rai.
Esta será la primera vez que un jefe de la Iglesia católica participa en persona en una cumbre de la COP pero desde el año 2013 que el Papa Francisco ha sido un vehemente defensor de la protección del medio ambiente. Su encíclica del año 2015, titulada «Laudato si» (Alabado seas), representó un manifiesto extenso de 200 páginas en favor de lo que él llamó una «ecología integral».
A medida que el tiempo avanza, el Papa ha intensificado sus avisos, expresando su creciente inquietud por la aparente falta de respuesta mientras nuestro planeta, nuestro hogar común, se encuentra al borde del colapso, tal vez al borde de un punto crítico. En sus palabras, «Laudate Deum» (Alabado sea Dios) recientemente vio la luz, y en este documento, el Papa ofrece un análisis reflexivo de los eventos transcurridos desde 2015. En él, insiste en que los líderes mundiales se unan y suscriban acuerdos vinculantes para abordar con seriedad la emergencia climática que enfrentamos.
Objetivos de la COP28
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) se celebra anualmente desde 1995 y este año se llevará a cabo en Dubái. En este evento, más de 200 países se reunirán para discutir medidas y objetivos en el contexto del cambio climático.
Durante estos 12 días, la COP28 se centrará en varios puntos cruciales. Esto incluye acelerar la transición hacia energías más limpias y reducir las emisiones para 2030, cumplir las promesas existentes y establecer las bases para un nuevo acuerdo global sobre financiamiento climático. Además, se priorizará la inclusión, con la participación activa de jóvenes, delegaciones igualitarias y representantes de comunidades indígenas. La naturaleza, las personas, sus vidas y medios de subsistencia ocuparán un lugar central en la acción climática.
Controversias en torno a la COP28
La presidencia de la COP28 ha sido objeto de numerosas controversias, que incluyen cuestiones relacionadas con el «Greenwashing» y cuentas de redes sociales fraudulentas. Sin embargo, un punto de división reciente ha sido la postura del representante de la cumbre mundial, Al Jaber, quien no está de acuerdo con la eliminación total de los combustibles fósiles. Según sus palabras, «necesitamos soluciones sólidas para reducir las emisiones en un 43% para 2030, porque eso es precisamente lo que la ciencia nos insta a hacer«.
La noticia de la presidencia de Al Jaber en la COP28 ha generado preocupación entre activistas notables, incluyendo a Greta Thunberg, quienes expresaron su inquietud acerca del posible impacto en el proceso climático de la ONU.
Al Jaber es también el director general de la empresa petrolera Adnoc en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los principales productores a nivel mundial. En un movimiento que busca expandir la capacidad de su compañía hasta alcanzar los 600,000 barriles diarios para 2030, planea una inversión de aproximadamente 150,000 millones de dólares (141,000 millones de euros). En este contexto, defiende la posición de que el petróleo y el gas deben mantenerse en la discusión sobre el cambio climático. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la entidad de la ONU encargada de la ciencia climática, ha reconocido este argumento, según informes de la BBC.
La controversia radica en la postura respecto a la producción de combustibles fósiles, donde se observa un claro contraste entre algunos de los principales productores de petróleo del mundo, como Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos, que están a favor de una reducción gradual pero no total de dicha producción. Esto se diferencia de la Unión Europea, que ha adoptado una posición más rigurosa, respaldando la eliminación completa de estos combustibles.
El Papa Francisco, por su parte, considera que esta conferencia desempeña un papel crucial en la búsqueda de un acuerdo vinculante y podría representar un «punto de inflexión» hacia el empleo de fuentes de energía más limpias, como la energía eólica y solar.